Es verano. Quien esto firma ha denunciado innumerables veces la cotidiana falta de rigor periodístico en cosas muy serias y sobre todo tipo de medios de comunicación de todo tipo de tendencias; ahí están la hemeroteca de Twitter, este mismo blog y el otro blog de la abajofirmante, El bosque y los árboles. Así que, como es verano, hoy se va a escoger un caso, al azar, sin ninguna importancia, ni de fondo ni de nada. Salvo que lo que revela de escaso rigor y falta de control; botón de muestra insignificante de un almacén de botones que
abarca todo tipo de botones.
Botones enormes de muestra y rotos.
Esta vez le toca a ABC, con un botoncillo de nada.
ABC en su edición digital de 2 de julio de 2014 incluye la siguiente noticia, recogida de EFE:
La Revolución Francesa salvó a un profesor de historia de ser linchado en Brasil
Fue confundido con un ladrón y tuvo que dar una clase para demostrar sus conocimientos y así, su inocencia.
Texto de la noticia:
Al profesor de historia André Luiz Ribeiro sus conocimientos sobre la Revolución Francesa le salvaron de ser linchado en la ciudad brasileña de Sao Paulo el pasado miércoles, según él mismo ha relatado en varios medios locales.
Habitantes de la periferia de Sao Paulo confundieron a este profesor de 27 años que practicaba deporte en el extrarradio con uno de los atracadores de un bar de la zona. Lo cercaron y comenzaron a golpearlo. «El dueño del local y su hijo me inmovilizaron. Unas 20 personas me rodearon y empezaron a pegarme. Me sujetaron los brazos y las piernas y me colocaron boca abajo sobre el suelo», explicó el joven en declaraciones publicadas ayer por varios portales en internet.
Unos bomberos que pasaban por el lugar de los hechos auxiliaron al docente y, según el propio Ribeiro, uno de ellos le sugirió que diese una lección sobre la Revolución Francesa para demostrar sus conocimientos de historia. Ribeiro impartió la clase, demostrando así su inocencia.
Poco después, la Policía Militarizada se personó en el establecimiento y trasladó al joven al punto de socorro vecino para conducirlo después a la comisaría, donde aún permaneció dos días porque la clase no debió convencer al propietario del bar, que lo señaló como uno de los asaltantes […].
Y la noticia se ilustra como ve usted en la imagen:
Sí, como usted ve se ilustra con lo que el propio periódico dice que es el cuadro de Delacroix «La libertad guiando al pueblo». Más grande:
O sea, una noticia en la que se recoge que un profesor de Historia tuvo que demostrar sus conocimientos históricos para evitar ser linchado, y lo hizo explicando la Revolución Francesa, resulta que se ilustra con un cuadro de Delacroix que NO se refiere a la Revolución Francesa.
Porque como usted sabrá, sin duda, el famosísimo y emocionante cuadro de Eugène Delacroix no se refiere a la Revolución Francesa, sino a OTRAS luchas, las de 1830, cuarenta años posteriores a la Revolución Francesa. Hasta en Wikipedia sale.
Por escoger al azar uno de los innumerables comentarios de la web sobre este maravilloso cuadro, que ha servido para ilustrar innumerables libros de Historia, sobre el Romanticismo y por supuesto de Arte, se trascribe este, de la web ArteHistoria, de la Junta de Castilla y León:
Comentario
El 28 de julio de 1830 los revolucionarios liberales franceses derrocaban al rey Carlos X y provocaban la coronación de Luis Felipe de Orleans, el llamado Rey Burgués. Este episodio será el protagonista del cuadro más famoso de Delacroix, la Libertad guiando al pueblo, obra con cierta dosis de alegoría que recoge un hecho contemporáneo. La mujer que representa a la Libertad aparece con el torso desnudo, porta en su mano derecha la bandera tricolor y en la izquierda un rifle. Le acompañan miembros de las diferentes clases sociales – un obrero con una espada, un burgués con sombrero de copa portando una escopeta, un adolescente con dos pistolas, etc. – para manifestar que en el proceso revolucionario ha existido amplia participación. A los pies de la Libertad, un moribundo la mira fijamente para señalar que ha merecido la pena luchar. Con esta obra, Delacroix pone de manifiesto su ideología y su faceta de pintor de su tiempo. La composición se inscribe en una pirámide cuya base son los cadáveres que han caído en la lucha contra la tiranía, cadáveres iluminados para acentuar su importancia. La vorágine de la batalla se manifiesta en la polvareda que difumina los contornos e impide contemplar con claridad el grupo de figuras que se sitúa tras la Libertad. Los escorzos y el movimiento de la imagen vuelven a recordar el Barroco, igual que en la Matanza de Quíos o la Muerte de Sardanápalo. Fue presentado al Salón de 1831 y adquirido por Luis Felipe para el Museo Real.
Si el pobre profesor a punto de ser linchado demostró sus conocimientos de Historia aludiendo a este cuadro, pobrecillo, y vaya suerte ha tenido; y no es de extrañar que su clase no convenciera. Y pobres sus alumnos.
Y si se trata de que se ha tirado al azar de archivo para ilustrar una noticia de EFE y nadie ha detectado que se trata de ilustrar una anécdota con un famosísimo cuadro que no tiene nada que ver, que se refiere a hechos acaecidos cuatro décadas después, simplemente porque se ve una lucha revolucionaria y una bandera tricolor francesa, pobrecillos nosotros si ese es el rigor periodístico habitual.
Como, por cierto, es.
Y, lector, lectora, no coja el rábano por las hojas. Esto es un botón de
muestra insignificante, veraniega, light, de un medio de comunicación elegido al azar, en el almacén de botones que son los medios de comunicación en Españajistán.
Porque quien esto firma está cansada de poner de manifiesto espantosos botones de muestra enormes, tan enormes como esta también famosa enorme escultura de Claes Oldenburg de casi 5 metros de diámetro, que representa un botón, y roto.
Así nos luce el pelo.
Y de que cosas de este tipo, incluso cuando no contienen errores, sirvan para llenar periódicos, en verano y en otoño, primavera e invierno, cuando SIN EMBARGO no se habla de cosas gravísimas como esta
y ese señor que explica por enésima vez que un 25-35 % de ciudadanos se están viendo privados del derecho de acceso a la Justicia por las tasas judiciales -acceso a la Justicia establecido como derecho CONSTITUCIONAL en el artículo 24 de la Constitución y que GARANTIZA TODOS LOS DEMÁS DERECHOS, porque sin acceso a la Justicia los derechos son papel mojado-, es nada menos que el Presidente del Consejo General de la Abogacía Española, o sea, la entidad que engloba a los 140.000 abogados ejercientes que hay en Españajistán, y que algo sabe del tema,
mejor ni hablamos.
Y de nivel cultural, mejor tampoco hablamos.
Verónica del Carpio Fiestas
«Un azar periodístico de ejemplo sin rigor y escogido al importancia»
Un título alternativo (y mucho más descriptivo) de la situación de una prensa que se encuentra presa en sus numerosas limitaciones.