Política y lenguaje: sobre propaganda gubernamental en temas jurídicos

Si el pensamiento corrompe el lenguaje, el lenguaje también puede corromper el pensamiento”, escribió George Orwell en su brevísimo y fundamental ensayo “La política y el idioma inglés”, publicado en 1946. Enlace al texto completo en inglés aquí y a una traducción completa al castellano aquí.

Este es un post sobre lenguaje jurídico, comunicación y propaganda en temas jurídicos, es decir, de Estado de Derecho y democracia. Y lamento no ser capaz de escribir algo mejor que esto porque el tema es gravísimo, lo es hace años y va a peor.

Un día y otro y desde hace años veo en medios de comunicación informaciones absolutamente falsas y manipuladas, pura y simple propaganda gubernamental disfrazada de información jurídica. Todos los días y a todas horas recibimos todos, masivamente y por mil vías, notas de prensa sobre temas jurídicos de organismos oficiales que los medios de comunicación -prensa, radio, TV- que las difunden masivamente NO DICEN que son notas de prensa oficiales.

Ni siquieran dicen “Según el Gobierno es tal cosa”, “el Ministerio dice que es tal otra”. Se difunde en medios de comunicación la nota de prensa oficial gubernamental tal cual, cruda, y sin aclarar en absoluto que se trata de una nota de prensa, y además sin el añadido ni aún microscópico y al final y en letra pequeña de introducir una información de fuente discordante. Un ejemplo semanal, la nota de prensa del Consejo de Ministros, y hay los innumerables cotidianos de ministerios y, en concreto, del Ministerio de Justicia y del que en estos momentos es su brazo armado, el jibarizado y cuasiunipersonal Consejo General del Poder Judicial que preside el Sr. Lesmes.

Por tanto, lo que llega a la opinión pública en temas jurídicos -y es de temer que también en el resto- es que las cosas suceden porque el Gobierno dicen que suceden, y como y cuando el Gobierno dice que suceden. Y sin que compute como propaganda gubernamental y sin que cueste más que una simple lista de correo o una rueda de prensa.

Con ese sistema, que está por todas partes, los medios de comunicación no son medios de comunicación: son altavoces gubernamentales que además deliberadamente ocultan su condición de altavoces gubernamentales. En unos medios de comunicación en evidente crisis, y no solo económica, al medio de comunicación le resulta extremadamente rentable publicar una nota de prensa oficial; no hace falta ni un redactor, no hay noticia que comprobar porque viene creada como noticia lo que no lo es tal noticia sino una falsa noticia y ya está hasta redactado, para inmediato corta y pega completo.

Y quienes intentamos difundir las cosas como son, y no como el Gobierno las vende con el apoyo no explícito de los medios de comunicación, nos enfrentamos a tres gravísimos problemas creados por este sistema perverso:

  • Se vende constantemente como información lo que es propaganda, y por tanto no tenemos que luchar contra una información falsa o manipulada con las armas con las que se desenmascara la propaganda evidente, sino contra una propaganda disfrazada de información y colocada falsamente al mismo nivel de una verdadera información que será discutible o no, pero es información.
  • La falta de interés de los medios de comunicación sobre los temas que no son objeto de notas de prensa oficiales, y que por tanto cuestan mucho más dinero a los medios de comunicación porque requieren esfuerzo de localización del tema, una decisión sobre la importancia del tema, más una búsqueda de fuentes más una elaboración y una redacción.
  • La imposibilidad de conseguir que lo que se difunde, siendo cierto, pueda desmentir lo publicado por nota de prensa oficial, porque es sencillamente imposible llegar ni remotamente a todos los sitios donde la nota de prensa ha llegado, incluso a quienes se esfuerzan activamente en estar guardia como consumidores activos y no pasivos de información.

Lo de David y Goliat se queda muy, muy corto.

La novela “1984” es una obra literaria, y de pensamiento, capital del siglo XX. George Orwell nos descubrió la neolengua y nos pone los pelos de punta con un futuro de espantosa manipulación lingüística y de medios de comunicación para conseguir el control del lenguaje y por tanto de las mentes y por tanto de la sociedad. Lo que Orwell describió y predijo en 1948 con su novela “1984”, para muchos efectos terribles ya está aquí, como ya lo estaba en parte en 1948; pero los medios de comunicación ya no son solo prensa escrita, radio, panfletos, noticieros de cine tipo No-Do y carteles en las paredes. Ahora los medios de comunicación son omnipresentes y a ellos se añaden medios de intercomunicación que a la vez son en parte de medios comunicación y en parte nadie parece saber exactamente qué son.  Y en la época de Orwell quien quería oía la radio y quien quería no, y la prensa, aparte de costar un dinero que no todo el mundo tenía, era de lectura voluntaria y además cada cual escogía su periódico; incluso en una época de propaganda masiva y censura férrea de Goebbels, aguzando el sentido crítico era quizá posible físicamente pasar días sin recibir adoctrinamiento disfrazado de información, aunque a cambio, claro, tampoco se recibiera información limpia, completa y correcta.

Pero ahora no solo hay lecturas y recepciones de información voluntarias; resulta imposible físicamente dejar de recibir la información, salvo que se decida ser ermitaño en una mítica Tebaida, y por tanto quedarse fuera del mercado laboral y de toda relación social. La información se nos echa encima sin buscarla ni desearla y no podemos dejar de recibirla. Incluso aunque alguien decida ser tan marciano como para prescindir de la televisión, la radio, los periódicos y las redes sociales, o se empeñe en ser muy selectivo en su elección de fuentes, finalmente no puede dejar de recibir la información de innumerables fuentes que no ha escogido. En las estaciones de metro hay pantallas con informaciones y las hay en la calle y en las estaciones de tren y en los aeropuertos; en Twitter es imposible evitar que llegue rebotada información manipulada aunque se sigan muy pocas cuentas o muy escogidas; donde nos tomamos el café o en el restaurante barato donde nos comemos un menú del día y en la terracita playera donde en teoría “desconectamos” en verano y tomamos unas gambitas, la televisión está encendida; a cualquiera que trabaje le llegan a su correo profesional informaciones constantes; los profesionales recibimos, y no tenemos más remedio que recibir, información de entidades a las que de grado o de fuerza pertenecemos. Y no lo escogemos. Nos lo imponen en el caso concreto, y no hemos decidimos tampoco en general que fuera así y es absolutamente imposible evitarlo.

Y es como la rana hervida de la conocida historia que tanto usan como metáfora tantos en tantos contextos. Somos ranas en cazuela, se ha ido aumentando la temperatura del agua de la cazuela, podríamos quizá haber saltado de la cazuela antes del punto de ebullición y muerte informativa, pero el aumento de temperatura fue lento, apenas se notaba o no se notaba nada y no parecía preocupante, y cuando ha empezado a ser inocultablemente preocupante ese mismo aumento de temperatura imperceptible y paulatino nos ha quitado ya las fuerzas y ya no podemos escapar y no hay alternativa. Psicológicamente morimos aplastados por información falsa.

Así que si ya era básico en 1948 estar atentos a la manipulación del lenguaje y las informaciones falsas, hoy es muy poco decir que es básico. Y puesto que la información jurídica es esencial en un Estado de Derecho, porque lo son las leyes, la falta, insuficiencia, defecto o exceso de leyes, el control de las leyes y por tanto de la política, la corrupción y el dinero público y la política judicial, voy a intentar transmitir unas pocas sugerencias para quien prefiera intentar hacer el esfuerzo de ser en la medida de lo posible rana viva aunque cansada del esfuerzo en vez de cómodo cadáver psicológico de rana hervida. Mis sugerencias:

  • Sugerencia 1. Cuando vea una información jurídica que le parezca importante, haga el esfuerzo de mirar la noticia en varios medios de comunicación. Si es idéntica, es probable que se trate de nota de prensa gubernamental, y si es nota de prensa gubernamental, entra dentro de lo probable y hasta de lo bastante probable que no sea cierto; me resulta durísimo decirlo así, pero llevamos demasiados años de mentiras institucionalizadas. Y si se ve probable que se trata de nota de prensa, no se quede con la idea de lo oído y haga un segundo, y más difícil,  esfuerzo, el del seguimiento, intentando buscar informaciones posteriores que disientan. Los desmentidos jamás tienen el mismo eco que las mentiras gubernamentales, y tristemente hay que buscarlos; y vendrán en letra pequeña, si vienen.
  • Sugerencia 2. Si se trata de política judicial, lea lo que dicen las asociaciones de jueces y fiscales y de letrados de la Administración de Justicia (antiguos secretarios judiciales), así como de los jueces decanos (que se reúnen periódicamente los de toda España y sacan además comunicados en temas concretos). Prácticamente todos están en Twitter, por ejemplo, y con frecuencia sacan comunicados una y otra vez y desde hace años para desmentir tajantemente innumerables “informaciones oficiales”. Incluso hace ya tiempo que las cuatro asociaciones judiciales han decidido un frente común, y organizan ruedas de prensa conjuntas y difunden comunicados conjuntos. Que el eco de todo esto sea pequeño tiene muchos motivos de varios tipos; pero si busca la información está en internet. No haga caso a quienes reprochen a jueces y fiscales que no hayan dicho nada en relación con tal o cual tema de política judicial y defensa de la independencia judicial; es muy posible que sí lo hayan dicho, pero ni siquiera ha salido en prensa.
  • Sugerencia 3. No me gusta lo que voy a hacer a continuación porque  voy a correr un cuadruple riesgo: que me tilden de pelota de periodistas, que me reprochen que soy sectaria por mencionar unos medios y no otros, el de centrarme en información judicial más que jurídica en sentido estricto y que se me enfaden por no mencionarlos otros muchos buenos periodistas aparte de los que citaré, que también los hay, naturalmente. Pero creo que no tiene sentido un post de este tipo si no doy indicaciones concretas y prácticas y pensando en la mayoría: quienes tienen poco tiempo para el contraste de información jurídica. Voy a citar unas fuentes que en estos momentos me parecen muy serias, con mi recomendación muy insistente de que, si es posible, se lean más fuentes que las que cito; no quiero decir con ello que esté de acuerdo con lo que difunden las que voy a citar expresamente, ni creo que acierten siempre en temas y enfoques, ni en sus omisiones, ni que vayan a seguir siempre siendo recomendables, que eso jamás lo pensaría ni lo diría de nadie. Tampoco quiere decir que yo misma solo lea estas fuentes; intento no ser rana hervida hace mucho y procuro leer todo tipo de fuentes de todos los colores, incluyendo textos legales y prelegislativos sin filtro. Solo quiero decir que con muy diversos enfoques estas tres fuentes que cito se han hecho eco de lo que muchos otros han omitido en temas de política jurídica y judicial y que detecto que lo hacen habitualmente desde hace tiempo y con un sentido crítico y una seriedad periodística general que se agradece especialmente en tiempos ya tan largos de nota de prensa vestida de noticia. Las dos personas físicas que voy a citar son periodistas jurídicas expertas en comunicación judicial, y personalmente opino que su nivel es superior a la media del propio periódico donde escribe cada una, y a la media de cualquier periódico, y que son independientes de su propio medio y que en estos momentos es imprescindible leerlas, cada cual en su estilo, muy distinto uno del otro; el medio periodístico que cito está dirigido también por periodistas juridicos expertos en comunicación judicial y mi recomendacion se centra especialmente en los aspectos de política judicial. Todos ellos en general sobre política judicial disponen de información bastante más contrastada que muchas otras fuentes y cubren temas importantes que otros omiten.
    • Elisa Beni, en Twitter @elisabeni
    • Julia Pérez, periodista jurídica actualmente en Público, en Twitter @JuliaPerezRU
    • El medio jurídico Confilegal, en Twitter @Confilegal.

Voy a acabar citando de nuevo el ensayo de George Orwell “La política y el idioma inglés”, y no olvide que TAMBIÉN lo escribió Orwell por el lenguaje falso y manipulador de quienes no eran Gobierno. Y es que lo peor de la nota de prensa es que es contagiosa, y como no teníamos bastante con notas de prensa gubernamentales ahora hemos pasado a cuasinotas de prensa contragubernamentales en los medios propicios para ello. El sentido crítico NO SOLO es indispensable tenerlo aguzado con todo Gobierno y muy en concreto con el actual; tiene que serlo siempre y con todos. Porque lo fácil es ser crítico solo con unos, pero eso no es ser crítico, sino sectario; lo verdaderamente difícil es intentar ser crítico con todos. Pero pensar por cuenta propia cuesta esfuerzo; es más fácil ser rana hervida de Gobierno o de oposición.

“En nuestra época, el lenguaje y los escritos políticos son ante todo una defensa de lo indefendible. Cosas como la continuación del dominio británico en la India, las purgas y deportaciones rusas, el lanzamiento de las bombas atómicas en Japón, se pueden efectivamente defender, pero sólo con argumentos que son demasiado brutales para que la mayoría de las personas puedan enfrentarse a ellas y que son incompatibles con los fines que profesan los partidos políticos. Por tanto, el lenguaje político debe consistir principalmente de eufemismos, peticiones de principio y vaguedades oscuras.”

Si lee el ensayo de Orwell verá que lo importante no acaba en la lectura crítica de informaciones y en no dejarse enredar por clichés, palabras vacías, eufemismos y mentiras a secas y de no acogerlos mentalmente; lo importante es que del lenguaje viene el pensamiento.

“El lenguaje político —y, con variaciones, esto es verdad para todos los partidos políticos, desde los conservadores hasta los anarquistas— está diseñado para lograr que las mentiras parezcan verdades y el asesinato respetable, y para dar una apariencia de solidez al mero viento. Uno no puede cambiar esto en un instante, pero puede cambiar los hábitos personales y de vez en cuando puede incluso, si se burla en voz bastante alta, lanzar alguna frase trillada e inútil —alguna bota militar, talón de Aquiles, crisol, prueba ácida, verdadero infierno, o algún otro desecho o residuo verbal— a la basura, que es donde pertenece.”
Verónica del Carpio Fiestas
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Acerca de Verónica del Carpio Fiestas

Abogada desde 1986. Colegiada ICAM nº 28.303 Profesora de Derecho Civil en el Departamento de Derecho Civil UNED desde 1992 Despacho profesional: C/ Santísima Trinidad, 30, 1° 5, 28010 Madrid (España) Tf. (+34) 917819377 e-mail veronica@delcarpio.es En Twitter @veronicadelcarp
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4 respuestas a Política y lenguaje: sobre propaganda gubernamental en temas jurídicos

  1. victor amaya rico dijo:

    Muy bien Veronica por destapar la basura de propaganda en un tema vital como el Derecho , Justicia y Democracia con sencillez pero con profundidad .Con mi gratitud

  2. JR dijo:

    Bravo Veronia, hs dicho lo que llevamos pensando desde hace mucho.
    Un abrazo

  3. Ramiro dijo:

    Respetada compañera y amiga:
    Gracias, muchas gracias, por este excelente artículo, que acabo de imprimir para pasarlo a mi hijo, y jurista en ciernes.
    Me ha parecido estupendo, como todos los tuyos. He impreso también el artículo de George ORWVELL, que en esta casa tenemos en un pedestal.
    Ánimo y adelante. Cordiales saludos y mis mejores deseos, tanto profesionales como personales.

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