Hay quien cree que insultar a jueces de todo tipo en redes sociales entra sin más dentro de la libertad de expresión. Pero la sentencia del caso Zhdanov y otros contra Rusia dictada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) con fecha 16 de julio de 2019 lleva a muy distinta conclusión: si quien ha recurrido al TEDH se dedica a insultar en redes sociales a los jueces de ese Tribunal puede encontrarse con la sorpresa de que, por ese motivo, se le archive el recurso.
El caso es el siguiente: varios activistas rusos del movimiento por los derechos LGTB pleitearon en Rusia para intentar conseguir diversos objetivos (autorización para un desfile del orgullo gay, matrimonio igualitario); desestimadas sus pretensiones en la vía judicial rusa, recurrieron al TEDH, el cual, grosso modo, declara inadmisible por abuso de derecho la demanda respecto de uno, exclusivamente, y da la razón al resto. El que vio inadmitido su recurso, el Sr. Alekseyev, que había interpuesto otro recurso anterior por tema conexo ante el mismo TEDH (caso Alekseyev y otros v. Rusia) y al que no debió de gustarle el resultado del anterior recurso, se dedicó en sus cuentas de redes sociales a publicar fotos de los jueces del TEDH llamándolos de todo con mensajes en lenguaje virulento, ofensivo y amenazante (por ejemplo -y aparte de homófobos-, bastardos, degenerados, drogadictos, corruptos) y, entre otras lindezas, les deseaba la muerte y la tortura y decía que había que pegar fuego al Tribunal; y cuando el Tribunal, ya durante este segundo pleito, le requirió para que retirara los mensajes ofensivos con la advertencia de que no hacerlo podría constituir abuso del derecho al recurso, no solo no retiró los insultos emitidos con ocasión del pleito anterior ni se disculpó sino que, además, profirió otros nuevos. La sentencia, que tiene un voto particular discrepante de tres magistrados respecto del archivo del recurso del Sr. Alekseyev- sin poner en duda el lenguaje manifiestamente ofensivo-, y aún solo disponible en inglés, enlace aquí, contiene este párrafo, que resume los insultos y amenazas, que, se dice excede los límites de la crítica normal, cívica y legítima:
«83. The Court further observes that the statements about the Court and its judges published on the accounts in question are virulently and personally offensive and threatening. In particular, Mr Alekseyev published the judges’ photographs with such captions as “alcoholic”, “drug addict”, “corrupt”, and “this crone owes me 100,000 euros … God will punish her”. He also called the judges, among other terms, “European bastards and degenerates”, “freaks”, “venal scum” and “idiotic”. He wished that they would “snuff it as soon as possible like dogs”, threatened to “torture [them] … with litres of vodka” and announced that “it [was] time to set fire to the European Court of Human Rights”. He also stated: “We should not have given wenches the right to vote … They should be cooking soup”. These statements clearly exceed the limits of normal, civic and legitimate criticism.«
No es en absoluto el primer caso en que el TEDH aplica el sistema de abuso de derecho incluso por uso de lenguaje ofensivo (la sentencia incluye cita de amplia jurisprudencia del propio Tribunal sobre el tema), si bien sí, probablemente, el primero en que se aplica por lenguaje ofensivo, insultante y amenazante contra el Tribunal en redes sociales, es decir, intentando, dice el Tribunal, conseguir la máxima difusión a sus acusaciones e insultos y dañar la imagen y reputación del Tribunal y sus jueces («However, it also takes into account that, by publishing the impugned statements on social networking accounts accessible to all, Mr Alekseyev sought to ensure the widest possible circulation of his accusations and insults and thereby provided evidence of his determination to harm and tarnish the image and reputation of the institution of the European Court of Human Rights and its members«); en concreto aquí las redes sociales Instagram y VKontakte.
Y es particulamente interesante el argumento, que puede resumirse, más o menos, en que quien se dedica a insultar públicamente a un tribunal, sin retirar los insultos después de ser advertido, demuestra falta de respeto a la misma institución a la cual pide amparo para sus derechos, y es inaceptable buscar protección en un tribunal en el cual el demandante ha perdido toda confianza, es frívolo e irresponsable y constituye un abuso de derecho del artículo 35 del Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales:
«85. The Court considers that by continuing to publish insults about the Court and its judges after the warning, the applicant has shown disrespect to the very institution to which he had applied for the protection of his rights. Indeed, it is unacceptable to seek the protection of a court in which the applicant has lost all trust. His conduct constitutes “a vexing manifestation of irresponsibility and a frivolous attitude towards the Court”, amounting to contempt (see The Georgian Labour Party, cited above), and is therefore contrary to the purpose of the right of individual application, as provided for in Articles 34 and 35 of the Convention. It constitutes an abuse of the right of application within the meaning of Article 35 § 3 (a) of the Convention.«
Releo la sentencia y pienso qué pensarían los jueces del Tribunal Europeo de Derechos Humanos si vieran las cosas que se escriben en Twitter en España sobre los tribunales españoles por las mismas personas que en esos mismos tribunales están solicitando amparo de sus derechos. Voy a volver a escribir la frase del Tribunal Europeo de Derechos Humanos: quien se dedica a insultar públicamente a un tribunal demuestra falta de respeto a la misma institución a la cual pide amparo para sus derechos, y es inaceptable buscar protección en un tribunal en el cual el demandante ha perdido toda confianza, es frívolo e irresponsable y constituye un abuso de derecho.
Aunque, claro, en el Derecho Procesal español el abuso de Derecho no va así. Y además aquí insultar en redes sociales es gratis -y, por favor, que no se me diga en serio que las contadísimas sentencias penales o civiles condenatorias son otra cosa que anécdotas, siendo tan público y notorio que en redes sociales hay miles de insultos diarios de todo tipo sin consecuencia alguna-, y de hecho ya hasta se considera lo normal. Y así nos luce el pelo.
Verónica del Carpio Fiestas