Esto no es un post jurídico, pero haré caso al corazón al escribirlo, aunque quizá me equivoque al hacerlo.
Tengo amigos y amigas que se presentan ahora, o se han presentado recientemente, a elecciones dentro de las candidaturas de muy diversos partidos de muy distinto tipo, con la coincidencia entre sí de su común ejercicio de la abogacía, de una seria preocupación por la situación actual y de un profunda convicción democrática y de la importancia de la Justicia, además de una trayectoria de lucha en temas de Justicia. Me entristece y preocupa la descalificación general de los políticos y de quienes quieren dedicarse a la política, igual que me preocupa la descalificación general del adversario político, como si en vez de adversario fuera enemigo. En mi ingenuidad, creo que solo con el esfuerzo de mucha gente que desde muy variadas perspectivas intenta buscar soluciones a problemas graves saldremos adelante. Desde mi conocimiento personal de gente muy distinta que coincide en ejercer la abogacía (es decir, que sabe que el contrario en un pleito es un contrario, no un enemigo, y que la independencia de criterio es un valor irrenunciable, datos ambos que deberían ser los utilizables en la política), en ser buena gente, en ser buenos juristas y en dedicar su esfuerzo a intentar conseguir soluciones, ahora desde dentro de muy diversos partidos, quiero agradecer su esfuerzo, personalizando en ellos el respeto y el agradecimiento que siento hacia otras personas que no conozco y que están en análogo caso. Como no puedo admitir la descalificación global de quien no se limita a criticar sino que ha decidido dar un paso al frente, intentando hacer algo, te mando un abrazo, amigo, amiga, seas del partido que seas. Deseo para ti lo mejor, es decir, que sigas siendo una persona honrada, tolerante, trabajadora y preocupada por los demás y por el bien común, tanto si ganas como si no ganas, sea lo que sea ganar y perder. Mi respeto ya lo tienes; ojalá lo sigas teniendo siempre.
Y ahora, amigo, amiga, desde la confianza recíproca que nos tenemos, llámame cursi.
Verónica del Carpio Fiestas